Por no se cuantas veces ya, me siento delante de un papel en blanco, cruzando unos dedos imaginarios, para que esta vez consiga seguir escribiendo, supere mis miedos, y deje salir lo que sea que haya.
Para qué fingir que mis palabras hablan de un personaje ficticio, si todos sabemos que los artistas hablan de ellos mismos, con alguna decoración o licencia poética, y yo no soy una excepción.
Me he llamado artista, algo que no me permití decir de mí hasta hace no mucho.
El miedo es una mierda, porque no me escucho, y hago lo más horrible que puedes hacer. No ser tú mismo.
Estoy vivo, o al menos creo que estoy vivo por ahora. Lo siento en el corazón, y me vienen no como palabras, sino como sensaciones, mil cosas que quiero compartir, que quiero seguir escribiendo.
Quiero seguir siendo yo mismo.